Vamos a aparentar... ¿no es lo que hace tanta gente hoy en día? Al chico que tantos problemas ha causado, vamos a ponerlo del perfecto príncipe azul, de ese que se baja de un blanco corcel para sacarte de la rutina. Y ese caballo... que sea un autobús destartalado, de esos que chirrían a su paso y que todo el mundo odia. Pero chssst... no lo digas muy alto, que si no se habla, no se sabe. A esa chica que pisando a todas las demás solo para sentirse superior, a esa que va ascendiendo por la escala social sin importarle a quién deje atrás... a esa la coronaremos de princesa, ¡o aún mejor, de reina! La vestiremos con trajes de la seda más cara, le pondremos la tiara de las piedras preciosas más caras que encontremos... y nos olvidaremos de todas aquellas personas a las que machacó para llegar ahí. Porque aquí estamos, en una sociedad donde el que más trabaja, se queda abajo, y el que se aprovecha, sube escalones. En una sociedad donde un "estás buena" es gritado por las calles, y donde los "te quiero" sinceros solo son dichos por los más temerarios, o de los que van acompañados de alguna bebida alcohólica y disfrazados con el humo del cigarrillo que enciendes durante la madrugada cuando no sabes qué pensar.
Pero, cariño, dime qué más se puede pedir en una sociedad donde el que aparenta vale más que el que de verdad es.