miércoles, 30 de octubre de 2013

Bueno, con la llegada del tenebroso Halloween os dejo este relatito, que me han dicho que da un poco de "mal rollo". Espero que os guste. ¡Abrazos de parte de vuestra brujita! (Y al que comente no le convierto en ratón :3 xD)

La Dama Blanca.

Una densa neblina cubría el bosque que guardaba el castillo del acantilado, dando un aspecto más fantasmal, si cabe. El cielo de hielo daba un aspecto frío al paisaje, una sensación no del todo equivocada. El tiempo amenazaba con una nevada inminente que nunca llegaba, motivación de más para que las oscuras sombras avanzasen a buen paso. Los dos viajeros eran una chica y un chico que, entre los dos, no alcanzarían los cuarenta y cinco años. Pese a ello caminaban, lenta pero inexorablemente hacia la meta que se alzaba burlona a metros de ellos.
-¿Y ahora, Gonnar? No podremos subir hasta el castillo- preguntó la joven de cabellos rojizos, ocultos bajo una capa de viaje desgastada por el tiempo y el uso, tras llegar al pie del acantila sobre el que se alzaba el castillo.
-No lo sé, Rowena, pero hemos de encontrar la forma de llegar hasta allí.
Un tenso silencio inundó la escena, tiñendo de amargura los rostros de ambos jóvenes. El impredecible viento golpeó los cuerpos de los viajeros, provocándoles escalofríos y aumentando sus ganas de dar media vuelta y volver hacia el cálido refugio que habían abandonado hacía horas. Pero ya quedaba muy lejos, y la noche les sorprendería antes de haber conseguido avanzar apenas dos horas. Esos pensamientos les carcomían a ambos, pero ninguno de ellos tenían el suficiente valor para expresar lo que ocurriría si pasaban una noche al raso. Precisamente, estaban allí para averiguar cómo solucionar aquello. Varios meses atrás, la hermana de Rowena, Constance, y prometida de Gonnar, había desaparecido tras perderse en el bosque al atardecer. Todos habían dado por supuesto que se había perdido por el bosque y aparecería congelada por la mañana, pero nada de eso había ocurrido. La segunda opción fueron los lobos, pero no hubo ni rastro de un líquido escarlata, de cuerpos despedazados o de sollozos perdidos por el bosque. Sin embargo, si hubiese sido solo ella, esto no preocuparía a nadie. Pero no lo fue. Semanas tras semanas, chicas jóvenes, en edad casadera, desaparecían. Esto fue algo que comenzó a preocupar seriamente a la población pero, lo peor era que nadie había visto a “esa cosa” así que las esperanzas de encontrarla eran nulas. Hasta que ocurrió. Rowena estaba apilando la madera para el invierno en el exterior de la casa, cuando una súbita corriente de aire frío la sobresaltó. Entonces fue cuando la notó detrás de ella. Una presencia helada y vacía, como si de un fantasma se tratase. Intentó gritar, pero la exclamación quedó ahogada en su garganta. Una joven de veinte años, de pelo blanco como la nieve recién caída y ojos azules como el hielo le sostenía una mirada vacía. Una mirada que no veía. Y comenzó a cantar con una voz dulce y plañidera, que hizo que Rowena casi cayese en un profundo sueño. Casi. Eso fue lo que falló. Estando la joven fantasma en un extraño trance mientras cantaba Rowena pudo gritar. Eso la salvó. La encontraron desfallecida en el suelo, pero viva. Le contó todo lo que había ocurrido a Gonnar y decidieron salir en busca de aquel espíritu. Y así es como llegaron a los pies del imponente castillo.
-¿Alguna idea, Gonnar?- preguntó por segunda vez la joven, intentando disimular la ansiedad.
-Estaba pensando en... pasar la noche aquí fuera. Lo he pensado mejor y dudo que sea buena idea entrar ahí.
-Moriremos congelados.
-Mejor morir así que sin saber de qué manera lo has hecho.
-Quiero saber razones por las que murió mi hermana. Y si muero congelada no las obtendré.
-El fantasma acudirá hoy. Y lo sabes.
Rowena cerró los ojos con fuerza y emitió un largo suspiro.
-Está bien. Quedémonos fuera.
Encendieron un fuego y se acercaron a él, extendiendo las manos hacia el calor que emanaba la hoguera. De un zurrón extrajeron dos trozos de pan y una pequeña porción de queso. Fundieron un poco de nieve y se la bebieron en cortos tragos. Repartieron los pocos alimentos que les quedaban y se quedaron comiendo en silencio. A las pocas horas, cuando el cielo ya estaba oscuro y las estrellas asomaban tímidas entre las nubes y empezaba a nevar copiosamente, Rowena se hizo un ovillo dentro de su capa para ahuyentar a la implacable sombra del frío y Gonnar comenzó a temblar. Y, entonces, proveniente de la torre más alta del castillo situado sobre el acantilado, una voz comenzó a cantar y en la ventana del baluarte se asomó una figura blanca, de cabellos blancos como la espuma del mar y contornos difusos. Rowena chilló con todo el aire de sus pulmones, espantando a los pájaros que habitaban los árboles, pero Gonnar le tapó la boca con la mano.
-¡No grites! Nos oirá.
-Demasiado tarde- dijo la chica con un susurro aterrorizado. La sombra blanca flotaba a una velocidad anormal y vertiginosa hacia ellos, que se levantaron y echaron a correr en dirección opuesta al castillo que había sobre el acantilado. Rowena dirigió una mirada hacia el gris arco natural que formaban las rocas y, por un momento, creyó distinguir extrañas figuras en la niebla. Sin pararse a pasar en las consecuencias se paró en seco.
-Rowena, muévete. Viene a por nosotros- la urgió Gonnar. Pese a ello la joven siguió sin moverse, con los ojos dilatados por el horror.
-Gonnar... Gonnar... dios mío, Gonnar.
-¿Qué ocurre?
-La niebla... la niebla no es lo que parece ser.
El joven se fijamente en la bruma que envolvía el lugar y entonces se dio cuenta que no era ningún fenómeno atmosférico. Esa niebla estaba allí siempre. Porque no era niebla. Eran fantasmas. Los espíritus de las chicas jóvenes desaparecidas, a las que les habían arrebatado el alma. Se la habían arrebatado de su cuerpo, dejando a estos como unos simples sacos de huesos y músculos. En ese momentos todos los espíritus empezaron a cantar y la Dama Blanca se acercó sigilosamente. Un lobo aulló en la lejanía y Rowena lo interpretó como una llanto por las próximas muertes de esas dos jóvenes almas que ellos eran. Cuando la Dama Blanca comenzó a cantar ambos viajeros comenzaron a caer en un profundo sopor. Sus cuerpos eran cada vez más ligeros y perdían corporeidad. Antes de cerrar los ojos, Rowena vio el perlado gris de sus brazos difuminándose hasta fundirse con la blanca nieve. Después de eso, creyó intuir cómo una sonrisa y unos ojos conocidos la observaban, acercándose cada vez más.
-¿Por qué?- sus labios articularon esas últimas palabras, requiriendo un gran esfuerzo, para después volver a sellarse en una mueca de forzada sumisión.
-Me arrebataron la vida antes de casarme. Creo justo que algunas de las jóvenes casaderas también la pierdan antes de su gran día.
-Es una crueldad- espetó Gonnar, esbozando una mueca de dolor, ya que cada palabra que sus delgados labios emitían le producía un dolor indescriptible. La Dama Blanca esbozó una amarga sonrisa, pero guardó un inquietante silencio. Rowena quería gritar, exigir que le devolviesen lo que le estaban arrebatando pero, finalmente optó por rendirse. Cuando por fin sus párpado se unieron entendió que era lo que le deparaba el destino desde un principio. Había buscado a su hermana, había prometido encontrarla y estar junto a ella. Y lo había cumplido, pero no de la manera que ella había planeado. Ninguna de ellas regresaría a casa. Ella, que ya había escapado de la Dama Blanca en una ocasión, se uniría a su ejército de almas perdidas y desesperadas. Cuando lo comprendió se abrazó al espíritu de lo que una vez fue su hermana y se dejó llevar.
Nadie volvió a saber de Rowena ni de Gonnar. A este último, ni la joven volvió a verlo. Era un misterio lo que la Dama Blanca hacía con las almas de los hombres.
No hubo cuerpos, ni sangre, ni signos de pelea. Después de esta última desaparición, nada volvió a ocurrir. Todo el mundo siguió con su vida desconociendo que eran vigilados por un ejército de almas de perlas. No lo sabían. Pero lo intuían.

domingo, 13 de octubre de 2013

Bueno, aquí vengo con otro trocito chiquitito de la historia :) Gracias por los comentarios *___*

Capítulo I
 [De un proyecto y un mimo]
 [19 de febrero de 2012]
-¡Espere! ¡Espere, por favor!

Corrí hacia el profesor que me daba Historia del Arte en el Studio Berçot de París.

-Señorita Delevigne, me temo que llega un poco tarde para entregar su proyecto, ¿me equivoco?

-Yo... verá... por favor...-hice un esfuerzo por no jadear y poder ponerme recta para mirarle a los ojos- tenía el trabajo terminado- mentí- pero no pude entregárselo antes porque el ordenador no me dejaba imprimirlo- otra mentira. Esbocé una sonrisa de niña buena.

El profesor me examinó y, pasados unos segundos, asintió lentamente. El corazón me dio un vuelco de alivio.

-Pero esto no debe de servir de precedente.

-No, y disculpe mucho las molestias.

Me di la vuelta y me alejé de la Universidad. No tardé en sacar el móvil y mandarle un mensaje a Pam para quedar a las siete en la plaza de enfrente de mi casa. Su contestación no se hizo esperar. Efectivamente, podía. Fui a mi casa a cambiarme y me puse un jersey granate con unos vaqueros y unas botas. Salí de casa y no tardé en ver a Pamela, que llevaba una camiseta rosada y unos pantalones verdes. Nos saludamos y fuimos al centro. Pasamos el tiempo hablando y bromeando. Al cabo de una hora miré al cielo y me di cuenta de que iba a empezar a llover en cualquier momento. Estaba de un color plomizo y parecía que las nubes iban a caer sobre nosotros en breves momentos. Seguimos andando hasta que Pamela confirmó lo que yo llevaba sospechando bastante tiempo.

-Alguien nos sigue.

-Ya lo sé- me giré y vi cómo un chico de cabello castaño apartaba la mirada de nosotras. Le miré seriamente, pero no sé si se percató de mi mirada. Si lo hizo, no dio muestras de ello. Seguimos andando como si nada, evitando calles poco concurridas y aprovechando las horas de luz que quedaban. Hasta que, una hora más tarde, el chico seguía detrás. Me giré, alerta y vi que el chico me miraba. Hizo ademán de irse pero negué con la cabeza.

-¿Quién eres?- le pregunté, en un tono bastante más áspero de lo normal. impaciente, esperé su respuesta examinándole de arriba a abajo. Reprimí una sonrisa al ver que iba vestido de mimo.

jueves, 10 de octubre de 2013

Bueno lectorcillos (espero tener alguno xDD), aquí os traigo el prólogo de una novelilla que estoy escribiendo. A ver... a lo mejor la voy subiendo aquí poco a poco... o dejo solo esto... no sé :3 Es simplemente para que veáis cómo escribo :). Los posts en los que cuelgue la novela estarán en negro. El resto, en morado, como siempre :3

Proyecto Mimo.
Prólogo.
[Fecha: ?]
La chica iba corriendo por las callejuelas de París, resoplando y sujetando su cuaderno como si la vida le fuese en ello. Maldijo a las botas de tacón que llevaba y bajó los escalones que llevaban a una pequeña plaza.

-Diantres...- susurró, cuando el cuaderno que llevaba le resbaló de los brazos y cayó al suelo. Se agachó a recogerlo y no le sorprendió ver la portada totalmente mojada. Emitió un dramático suspiro y miró su reloj de pulsera. Sin más dilación, echó a correr. Solo podía pensar en una cosa: “Lo siento, tenías razón. Debí creerte”. Por eso, ella solo podía rogar por llegar a tiempo y pedirle perdón. Probablemente sería más fácil encogerse en una esquina a llorar y no tener que tragarse su orgullo. Más fácil. Había aprendido a diferenciar entre lo más fácil y lo correcto. Esos pensamientos la hicieron acelerar el ritmo.

Nada la pararía.

domingo, 6 de octubre de 2013

Bueeeeenas tardeeeees. Sí aquí vuelvo y esta vez vengo cooon *redoble de tambores* UNA RECOMENDACIÓN *se inclina y se oyen aplausos* Sí, sí... os voy a comentar... esto... *se frota la barbilla pensando en qué libro puede recomendar* TEMBLOR.


Autora: Maggie Stiefvater.

Editorial: SM.

Cubierta: Tapa dura.

Precio: Ni idea, pero sé que no es muy caro :).

Año de edición: 2010.

Sinopsis: Cuando el amor te hace temblar en otoño es mejor que el invierno no llegue nunca: las primeras nevadas pueden arrebatarte a quien más deseas.

Hace años Grace estuvo a punto de morir devorada por una manada de lobos. Inexplicablemente, uno de ellos, un lobo de intensos ojos amarillos, la salvó. Desde entonces todos los inviernos Grace se asoma al bosque y, desde la distancia, lobo y chica se observan.

Cuando llega el calor, la manada desaparece y, con ella, “su lobo”. Pero este año, Grace deseará que el invierno no llegue y que el otoño dure para siempre. Ha conocido a un chico, se llama Sam. Es un tipo normal, salvo por sus ojos.

Son de un extraño color amarillo. 

Opinión personal: Antes de nada decir que no tiene NADA que ver con Crespúsculo. ¿Ok? Vale. Si ha quedado claro sigue leyendo. Si no... haz lo que quieras.

    Me encantó. Me enganchó, los personajes tiene un carácter definido y por tanto puedes ver los cambios que van dando a lo largo de toda la saga. (Son tres libros) A ver, voy a empezar:

   -Grace: Bueno... ella es una chica pragmática, prática. Una chica de números. Ha de tener planes y no puede improvisar. Tiene que sentir que puede controlar TODO lo que pasa a su alrededor. Ha crecido sola. Ella le preparaba la comida a sus padres, hacía la colada... y eso lo compaginaba con la escuela. Era de las mejores de la clase, pese a todo.
   
   Fue atacada por los lobos cuando era pequeña, pero nunca se llegó a transformar.  Siempre ha anhelado ser parte de los lobos. Y poder estar con ellos. Estar con su lobo.

   -Sam: Todo lo contrario a Grace. Él es... un espíritu libre. Le va la música indie, toca la guitarra y canta. Le gusta la poesía, especialmente la del poeta alemán Rilke. Es un licántropo y su tiempo como humano lo pasa trabajando en una librería. El "mejor de todos" según Beck, uno de los más jóvenes y el que más sufre a la hora de transformarse porque "se pierde a sí mismo"

   Es un personaje que enamora, al que acabas queriendo por su forma de ser. Y al que entiendes profundamente. Creo que es con el que mejor me "llevé"

   -Isabel: Hermana de Jack Culpeper, el chico asesinado por los lobos. Tiene fama de chica inalcanzable y puede llegar a ser una verdadera borde aunque, finalmente acaba gustando. ¿Por qué? Porque cuando está con Grace y Sam es ella misma. Sin necesidad de fingir ni de aparentar ser otra persona.

¡Buenos días, gentecilla! Después de varios días intentando crear el blog: ¡lo he conseguido! Me siento muy orgullosa *___* Bueno, dejando mis emociones para otro momento... me voy a presentar un poquillo:
Soy una chica de trece años, tímida con desconocidos y alocada con sus amigos. El nombre no lo voy a decir pero me podéis llamar Sunnie o Sunlight :)
Adoro escribir, leer y dibujar (aunque me salen verdaderas patatas xDDD)
Aquí aprovecharé para colgar relatillos, críticas de libros... etc.
Mis aficiones...
Los animales (estoy enamorada de mi perro *__*), el Minecraft, Pokemon, leer, escribir, escuchar música (One Direction!!! :3 Coldplay, My Chemical Romance...), soñar despierta e ignorar a ciertas personas.
Soy una chica casera y estudiosa.
Bueno, espero que os guste el blog y a ver si aprendo a manejar esto un poquito :)

Translate